Prevención

Prevención primaria.

No existe ninguna vacuna eficaz contra la hepatitis C; la prevención depende de la reducción del riesgo de exposición al virus en el entorno sanitario y en los grupos de población de alto riesgo.
Algunos ejemplos de intervenciones de prevención primaria recomendadas por la OMS:
• Evite compartir o reusar agujas, jeringas o cualquier otro equipo utilizado para preparar e inyectar drogas, esteroides, hormonas u otras sustancias.
• No use elementos personales que puedan haber estado en contacto con la sangre de una persona infectada, incluso en cantidades muy pequeñas como para verse, como monitores de glucosa, máquinas de afeitar, cortaúñas o cepillos de dientes.
• Evite hacerse tatuajes o piercings corporales en instalaciones sin licencia o en un entorno informal.
• Prestación de servicios integrales de reducción de daños para los consumidores de drogas inyectables, en particular mediante el suministro de material de inyección estéril y el tratamiento eficaz y de base científica de la dependencia de salud que maneje las adicciones
• Análisis de la sangre donada para detectar el VHB y el VHC (además del VIH y la sífilis)
• Prevención de la exposición a la sangre durante las relaciones sexuales, en particular con el uso sistemático del preservativo.

Prevención primaria.

Para las personas infectadas por el VHC, la OMS recomienda:
• Información y asesoramiento sobre opciones asistenciales y terapéuticas.
• Vacunación contra las hepatitis A y B para prevenir la coinfección por esos virus y proteger el hígado.
• Tratamiento médico temprano y adecuado, con antivíricos si procede.
• Seguimiento periódico para diagnosticar precozmente la enfermedad hepática crónica.